18 de noviembre de 2010

Un día completito

A estas horas es cuando encuentro un ratito libre para poder escribir y teneros al día de mis peripecias por Barna. Y es que días como hoy no son muy habituales, pero siempre vienen bien. Me refiero a días en los que no paras de un lado para otro, días en los que tienes que hacer muchas cosas en poco tiempo. 
El objetivo de hoy era:

-comprar los libros que nos han recomendado en el postgrado de moda, lo cual agradezco para obligarme a leer un poco. Dado que por una cosa u otra nunca encuentro un libro que me llame la atención.
-comprarme unas postales en La Pedrera que me llamaron la atención cuando estuve con Rubencillo la última vez.
-hacerme con algún jersey gorditos, de esos que tiene un cuello vuelto bajo el que puedes esconder la cara cuando hace mucho frío, que ya están llegando esos días. Y como la mayor parte de mi ropa, la mayoría, sigue en Inca era necesario embutirme en algo más gordito que la ropa que ocupa ahora mismo mi armario. Pero tranquilos, que a la vuelta del puente ya podré dar uso a toda la ropa que he tenido escondida por el verano.

Todos los apartados se han cumplido, con mejor o peor resultado.
El primero no me ha resultado muy complicado, partiendo del origen de parada de metro Diagonal. Fabulosa para recorrer Paseo de Gracia de arriba abajo. Para los que no hayais tenido oportunidad de visitar Barcelona, os describiría esta calle como Serrano de Madrid, o Es Born de Palma de Mallorca. Las tiendas más exclusivas están reunidas en esta gran avenida. Un lugar donde las personas de a pie también  podemos entrar en alguna tienda sin tener que recibir miradas asesinas ni indiscretas, puesto que también se congregan las marcas a las que más solemos acudir (léase Inditex y cia).

El apartado de libros no me ha supuesto más trabajo que el de entrar en la Casa del Libro con mi listado de títulos para pedírselo a una empleada que muy amablemente me ha indicado donde encontrar cada uno de ellos y llevarme 3 libros a casa por menos de 27€. Menos mal que existen las edición de bolsillo, porque no hay nada más horrible que cargar con libros que ocupan más espacio que el tiempo que has empleado en leerlos. Es increible, imagino que para mí, el encontrarte con gente que conozca tan bien los libros. No me ha hecho falta decirle los autores ni de que temática se trataba puesto que enseguida sabía donde encontrarlos. Y no, no miró el ordenador. Pero quizá se pueda dar el caso que alguien, con anterioridad pidiera los mismos. ¿Quién sabe? Lo que tengo muy claro es que, o me leo dichos libros, o es muy difícil quedarme con los conceptos que lo rodean. Y más cuando trabajas con tantos. Pero imagino que será como todo. También los hay que se saben los precios de todos los productos que venden, o conocen los ríos que pasan por el pueblo más perdido del mundo. Como todo, si se estudia...

En cuanto a las postales he decir que las miraba más pensando en otras personas que en mi misma, puesto que la mitad se irán para Coruña, para la inicial colleción que mi primi está haciendo. Se ve que todo se puede contagiar.

Tanta facilidad he tenido para encontrar la bibliografía que buscaba como complicado se ha vuelto la adquisición de prendas de abrigo. Como cada vez que salgo en busca de algo soy más consciente de que "busca algo y no lo encontrarás". Siempre, o casi siempre, me sucede lo mismo. Salir en busca de algo muy particular, nada fuera de lo normal. No es que pida grandes cosas o elementos que no se hayan fabricado, simplemente algo muy básico que nunca hay cuando lo quiero. En este caso puedo hablar de casi, puesto que he encontrado un jersey en Mango que me ha gustado mucho, tanto por el tacto como por el modelo. Lo más curioso me lo he encontrado en esta misma tienda cuando me disponía a mirar más cosas con dicha prenda colgada de mi brazo. Enseguida se ha acercado una dependienta para ofrecerme su compañia hacia el probador, la cual ante mi negativa de tener que probarmelo me lo ha cogido y ha tomado ella misma la decisión de llevármelo a caja. Ante mi cara de asombro es cuando más me digo a mí misma que como me gusta la forma de trabajar en Zara. Donde si necesitas algo lo pides, y no te están encima constantemente. El caso es que no he tardado ni 2 minutos en pagar porque ya me había visto toda la tienda y tenía muy claro lo que quería.
   Jersey de Mango. Por la calidad de la foto no se aprecian los detalles de este
Después de seguir bajando la avenida mis ojos iban en busca del letrero ZARA. Ese que se encuentra en toda calle importante. Tras unas cuantas manzanas sin ver dicho rótulo me he parado a pensar en lo que nos comentara en la última clase la profesora. "Zara siempre está en las mejores zonas rodeado de las mejoras tiendas". Las mejores marcas ya las había pasado, pero no había llegado a la Gran Vía de Les Corts, donde el tránsito es más consistente y el edificio más vistoso resulta estar en manos de Amancio Ortega. Ahí estaba, bajo unas columnas de estilo griego, mi paisana Zara. Una vez dentro me doy cuenta que no se trata de una sola planta. Sino que en el piso inferior alberga Zara Home. Nunca había visto una tienda donde se reunieran todas sus derivaciones. Pero he de decir, que no es de las más bonitas. Por ahora no conozco ninguna que supere a la de Gran vía en Madrid(Gran Vía, 34). A pesar de haber oído que la de Salamanca ( C/ Toro, 84) no tiene desperdicio. En fin. Tras una larga revisión de los expositores, me doy cuenta que ahí tampoco se encuentra mi jersey deseado y soñado. Pero sí se encuentra la mujer que toda persona, con 2 dedos de frente, desearía no ver. El típico caso de mujer que mira de arriba abajo a todo cuerpo andante, que luce sus más brillantes joyas, todas juntas mientras menea el cuerpo subida en unas botas de taconazo y embutida en un vestido color claro que poca pinta tiene de haber sido planchado por ella. Vistas sus uñas que lucen impecables. Junto a ella, un hombre de baja estatura, cara de no haber roto un plato, con un traje chaqueta más arrugado que las bolas de papel con la que jugamos al baloncesto, al cual a penas se le veía la cara bajo varias prendas, todas de mujer, que llevaba hacia la caja. El buen hombre, se sitúo al lado de la cola formada por varias mujeres para preguntarles pasados 3 segundos que dónde había que colocarse. Ante esa situación la mujer que le acompañaba, futuro maniquí de toda esa ropa, se disculpaba como si de un torpe y analfabeto hombre fuera su comprador, diciendo que él no estaba acostumbrado. ¿Acostumbrado a qué?¿A que le cepillen 300 € en ropa que ni ayudas a llevar?¿A entrar en una tienda abarrotada de mujeres para poder comprarte tus modelitos de diario? En vez de eso deberías estar agradecida por haber conseguido que un ser del sexo opuesto haya cedido a acompañarte a una tienda de ropa. Puesto que pocos hombres hay, de esa edad, que acompañen a sus respectivas en la larga decisión que conlleva el elegir entre un jersey azul marino o negro. Pero como se suele decir, tiene que haber de todo en este mundo.

Tras el sentimiento de impotencia que puede traer el presenciar escenas como esta termina mi mañana de compras con 2 bolsas en mano y un ruidillo en el estómago que dice que va tocando llenar el buche de alimentos.

Pasado el día se acerca la hora de ir a clase. ¿Y cuál es la maravillosa sorpresa que nos tiene preparada la nueva profesora, Inma Sebastiá? Nada más y nada menos que decenas de revistas femeninas (que no de moda), en su mayoría con el plástico de embalar todavía puesto, y ella misma nos ha dado la libertad de coger las que quisieramos, con la única particularidad de no quedárnoslas sino, tener que rotarlas. Es decir, que no podemos quedarnos con ellas eternamente sino que es interesante que todas podamos haberlas visto en algún momento para la realización de las actividades siguientes.

Toda mi familia me lo dice, y puede que sea verdad. Hacía mucho que algo no me motivaba tanto como este postgrado. Quizá se deba al hecho de haberme pasado más de 3 años de mi vida estudiando algo que "ni me iba ni me venía". Es en este caso cuando puedo decir claramente que "A veces las cosas pasan por algo" Puede que el no haber podido seguir estudiando en Madrid haya sido una señal, a lo mejor una casualidad de que hoy pueda estar haciendo algo que me rechifla y con gente que parece tener las mismas inquietudes y gustos que yo. Esperemos que esto siga....Por ahora, a preparar nuestra propia revista!!! Aunque eso será a partir de mañana puesto que ahora me esperan para acabar de ver la peli "Un buen año". Esperemos que el desenlace sea mejor que el comienzo, puesto que se me caían los ojos por la falta de alicientes en la trama...Ya os contaré.

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